Cambio de país: 3 fases para gestionar el cambio al emigrar

 
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Sé por experiencia propia que todos querríamos encontrar la fórmula mágica para gestionar con maestría los cambios al emigrar.

Vamos, puedes ser sincero conmigo. ¿Qué tal la llevas con el cambio?

¿Te vuelven loco? O, por el contrario, normalmente no tienes problema en cambiar, pero ¿sientes que al emigrar tu tolerancia al cambio está rebasada?

La verdad es que te entiendo mejor de lo que imaginas. 

Al salir de tu país de origen, no solo ha cambiado tu ubicación geográfica. 

Emigrar es un proceso personal profundo que lo cambia todo.

Cambias de trabajo, de idioma, de dieta, de amistades y todo lo conocido hasta ahora. Tu pequeño Universo, tal como lo conocías, ha sufrido modificaciones irreversibles. 

Y no solo en el exterior. 

Poco a poco te darás cuenta de que tú también eres parte del proceso y que has empezado a transformarte. 

Para que puedas entender mejor de qué te hablo, hoy voy a explicarte las tres fases de los procesos de transición y cómo se manifiestan en el proceso migratorio. 


1. Aceptar el cambio

¿Cómo te enfrentas al cambio?  

La elección es tuya. 

Puedes pasar años tratando de resistirte, haciendo como que no ha pasado nada y aferrarte a las viejas rutinas y formas, aunque sean poco prácticas en tu país de acogida. 

Eso, en vez de ayudarte en tu proceso, lo ralentiza; te desgasta, porque estás luchando contra él. Esa lucha interior te priva de crecer y disfrutar de todo lo nuevo que está llegando a tu vida. 

Sé lo difícil que es soltar. 

Implica un duelo, que puede ser grande o pequeño, según como lo vivas. 

Pero en la medida que sueltes y aceptes que, aunque nunca volverá a ser todo igual,  tienes la gran oportunidad de fluir con el cambio e iniciar un proceso de crecimiento.

 
El cambio puede parecer negativo en la superficie, pero se está creando espacio en tu vida para que algo nuevo emerja.
— Eckhart Tolle
 

Créeme, es posible volver a ser la persona feliz y segura que eras en tu país de origen. 

El primer paso es abrazar el cambio.  

Cuando lo aceptas y le das la bienvenida, fluyes con el proceso y todo se va acomodando.


2. Transitando hacia el cambio

Una vez que has aceptado que el cambio es una realidad en tu vida y empiezas a tomar acciones para gestionarlo, te encontrarás en una zona neutra. 

Es decir, te has dado cuenta que tu vida, tal como era antes, ya no es, ni lo será nunca. 

El entorno y tú han cambiado. 

Eso es una realidad en la que no hay marcha atrás.

En este punto, eres consciente de ello y lo has aceptado. .  

Sin embargo, tu visión de lo que quieres que sea, está en el futuro y aún no llega.

Esta fase puede ser un tanto desesperante, porque puedes tardar (poco o mucho) en ver resultados. 

Lo importante es que tengas siempre en cuenta que estás transitando y moviéndote cada día un poco más. 

Cada caminata empieza con un primer paso. Si no dejas de caminar, llegarás invariablemente a la meta, por muy lejana que parezca.

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3. Creando un nuevo comienzo

En esta etapa es cuando empiezas a ver el propósito del cambio y la transformación que este ha traído a tu vida. 

Los beneficios pueden mostrarse de muchas formas: 

✩ Adquisición de un nuevo idioma.

✩ Conocimiento de una nueva cultura laboral. 

✩ Creación de nuevos hábitos.

✩ Expansión de tu universo personal: llegan nuevas y maravillosas personas a tu vida en forma de amistades, colegas, vecinos.

✩ Empoderamiento al ver cómo lograste superar con éxito tus limitaciones. Te sientes grande, poderoso y confiado  ¡lo eres!

Es aquí cuando empiezas a valorar el cambio como una fuente de aprendizaje y realización en tu vida.

Llegó la hora de tomar acción

Te invito a que hagas una pequeña reflexión y analices en qué parte del proceso te encuentras. 

Es muy posible que sientas que hay días en los que te sientes en la etapa uno y otros en la segunda; esto no es lineal. 

¿Sabes? Me encantaría ofrecerte alternativas para que este proceso sea consistente y más llevadero en el tiempo.

Juntos podemos clarificar y agilizar tu proceso, sin importar en la fase que te encuentres. 

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Estoy deseando verte pronto. 

Mientras tanto, te dejo un gran abrazo. 

Ale
 
 

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