Propósitos de Año Nuevo: 5 consejos infalibles para ir directo al fracaso

 
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Este año se ha ido como agua.

Hemos llegado casi sin sentirlo a finales de diciembre y ahora mismo muchos estamos pensando en los propósitos para el próximo año. 

No es un secreto que la gran mayoría de los planes fracasa de forma estrepitosa en (muy) poco tiempo.

Tengo una amiga que nunca hace propósitos (nuevos), porque retoma los del año anterior. Se lo toma con humor y cuenta, a modo de chiste, que ella simplemente los recicla y ya está. 

“Para lo que duran, Ale, no vale la pena”.  

Lo que mi amiga (y tal vez tú también) ignora, es que muchos planes y propósitos surgen desde el inicio sin posibilidad alguna de cumplirse. 

En este post te contaré cómo no deberías hacer propósitos, si lo que quieres es tener éxito y llegar a tus metas.  

Ahora, si lo que deseas es reciclar la lista cada año, como mi amiga, entonces, este post también te será muy útil. 😁

1. Ponte una meta más alta que el Everest

Te sientes muy motivado, dispuesto a comerte el mundo en el nuevo año y decides que ahora sí, vas con todo. 

Y te pones una meta GRAN-DIO-SA, que te hace vibrar solo de pensar en ella.  

Decides correr el maratón de tu ciudad. Te ves cruzando la línea de meta, puedes sentir el esfuerzo, el sudor y la gloria de completar la carrera. 

Visualizas la medalla en tu mano y te sientes IMPARABLE.

Este es EL PROPÓSITO y estaría súper bien… solo por un detalle:

Tú ahora mismo no corres

Ni para alcanzar el bus, cuando se te está yendo.

NADA. 

Siento decirte que esta meta es muy inspiradora, pero no es realista y lo correcto sería ir conquistando etapas poco a poco.  

Una mejor alternativa sería empezar a correr un poco todos los días y aumentar la distancia de forma progresiva.

Ir primero por metas más sencillas y adecuadas a tu estado actual: una carrera de 5 kilómetros, luego una de 10, un medio maratón, antes de conquistar el maratón (42 Kms). 

IMPORTANTE: Conserva el fuego y la motivación de la meta grande, que la vas a necesitar. 

2. Ni se te ocurra comprometerte. Es muy peligroso, podrías cambiar tu vida. 

Admitámoslo, hay una gran diferencia entre querer algo y en comprometerse de verdad. 

El compromiso va más allá de un simple deseo

Significa hacer todo lo que sea necesario para conseguir el objetivo que nos hemos propuesto. 

A veces queremos algo, pero no tanto como para salir de la zona de confort y conseguirlo. 

Por ejemplo, es muy común querer bajar de peso, sin hacer el compromiso de vigilar nuestra alimentación y hacer ejercicio.

Lo segundo tiene un costo, hay que pagar un precio, no solo económico; hay que hacer un esfuerzo para ir de compras, cocinar sano, inscribirse a un gimnasio, tomarse el tiempo para ejercitarse y todo lo que implica. 

Antes de ponerte un propósito, me gustaría que reflexionaras: 

¿Estás comprometido o solo estás enamorado de la idea?   

En realidad, esto solo es la punta del iceberg.  

Todo parte de una cuestión más profunda, que guarda mucha relación con el siguiente error.

Sigue leyendo. 


3. Enfócate en el hacer y no en el ser 

Elegimos nuestras metas motivados por logros que anhelamos conseguir. 

Eso es lo normal y en principio no tiene nada de malo.

La preguntas claves aquí serían:

 
 
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Volviendo al ejemplo de bajar de peso, la respuesta no es solo “porque quiero bajar 20 kilos”, sino porque quiero:  

ser una persona más saludable. 

ser más ágil,

ser más ligero y disfrutar de una mayor calidad de vida. 

ser y sentirme más atractivo. 

La motivación enfocada en el hacer (“bajar 20 Kg.”) suele ser poco duradera y no te dará la fuerza necesaria para persistir en esos momentos en los que el ánimo flaquea. 

4. Escribe TODOS los propósitos que has dejado pendientes… desde el 2010. 

Sí, sé que en el cierre de año uno se siente MUY poderoso. 

El brindis, la fuerza de los comienzos, los “yes we can” y “just do it” también hacen lo suyo. 

Estabas hipermotivado a la hora de proyectar tus metas y escribiste como si no hubiera un mañana.   

Si en tu lista hay más de 3 propósitos, déjame decirte que has exagerado. 

Y mucho.  

El refranero mexicano lo tiene muy claro:

“El que mucho abarca, poco aprieta”. 

Es mejor concretarse a un par de propósitos poderosos que a 10 propósitos mediocres. 

Y es que resulta más efectivo concentrarte en un solo objetivo a la vez. Una vez conseguido, podrás ir por los demás, de uno en uno. 

Hay un libro maravilloso que quiero recomendarte, el autor es Gary Keller. 

Se llama “Sólo una cosa” y habla de enfocarse en lo único. 

Según Keller, dispersarse solo lleva a resultados mediocres, preocupaciones e incumplimiento de plazos.  

Si tienes claras tus prioridades y te enfocas a ellas, es mucho más fácil avanzar.  

 

5. Empieza sin un plan

Clienta: “Ale, el año pasado tenía ya mis propósitos poderosos, prioricé, hice el ejercicio del ser y me comprometí al 100%. Pero aún así, no cumplí con mis propósitos. No sé que pudo haber fallado”. 

Ale: “¿Y tenías un plan para alcanzar esos objetivos?”

Clienta: “¿Ehhhh? ¿Un plan? 

Puees... un plan,  

lo que se dice un plan…

pues...

la verdad, la verdad...

No”. 

No es de extrañarse que los propósitos fracasen cuando no existe un plan para cumplirlos. 

Esto suena muy obvio, pero ¿has pensado en ...

  • ¿cómo quieres ir a correr cuando no te has bloqueado en la agenda el tiempo para hacerlo? 

  • ¿cómo vas a conseguir un nuevo trabajo cuando no has contemplado el tiempo necesario para enviar aplicaciones y solicitar entrevistas? 

  • ¿cómo cambiarte de casa,  si no has dedicado tiempo a buscar nuevas opciones? 

Un plan implica bajar a tierra nuestros propósitos y organizar las acciones concretas para conseguir nuestros objetivos. 

A menudo fracasamos porque nos falta esta parte que es tan importante. Aquí planeamos el cómo hacerlo.

Y en eso puedo echarte una mano. Sigue leyendo. 

Cumplir con tus propósitos es posible… y voy a ayudarte.

Cada inicio de año ofrezco un taller muy potente que te ayudará a crear y manifestar de forma consciente tus propósitos.

¿Qué hace a este taller tan especial? 

Es el único taller donde trabajarás en dos niveles: integraremos consciente y subconsciente para que las dos dimensiones estén en sincronía y potencien tus resultados. 

Te ayudaré a sentar las bases para que tu año sea creativo, pleno y abundante. 

El taller es online, así que puedes participar sin importar en qué parte del mundo te encuentres. 

Si te interesa participar, escríbeme un mensaje para apuntarte a la lista de espera, y que seas de los primeros en asegurar tu lugar en el taller.

 
 

Mientras tanto, recibe un abrazo enorme, 

 
 
Ale
 
 

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