Lo que no te atreves a confesar: Frases de la pareja migrante

 
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Cada vez somos más los migrantes por amor. Vivir en el extranjero con el amor de tu vida suena a final feliz de toda perfecta aventura romántica, ¿verdad?

Baaang. (pon aquí el sonido).  Falso. 

No es una culminación, sino el comienzo de un gran reto. 

Lo que a nadie se le ocurre es que también tiene sus lados oscuros, especialmente si eres la parte a quien le toca depender económicamente de tu pareja. 

Y en esa situación, surgen sentimientos y frases que a menudo que no te atreves a confesar. 

En este post te he dejado 6 frases inconfesables de las parejas migrantes. Echa un vistazo a ver si una de ellas describe lo que sientes ahora mismo o lo que podría estar pensando tu pareja, si eres el que trabaja fuera de casa. 

1. “Estar en casa y ser solo mamá o papá no me llena”.

Esto es difícil de asumir, especialmente si eres mujer, ya que muchas veces por apego al rol tradicional se espera que la mujer se dedique al 100% a sus hijos y renuncie a su faceta profesional o que quede en segundo plano. 

La paradoja es que al estudiar una carrera nos hemos preparado durante muchos años para la vida laboral. 

Hoy en día las mujeres no estudiamos para estar entretenidas “mientras me caso”, sino para ser útiles y tener un propósito que puede ser compatible con ser madre. 

Por muy maravillosa que sea la vida familiar, difícilmente va a llenar todas tus necesidades. Esto a veces es duro de aceptar porque puedes sentirte culpable de no sentirte plena. 

Hay personas que se sienten muy satisfechas con su rol de madre o padre; les basta para sentirse realizados, y está bien. 

Pero también está bien que, si no es tu caso, seas honesto contigo mismo y te concedas la oportunidad de construir nuevas facetas en tu vida para sentirte más realizado. 

2. “Envidio la vida de mi pareja”.

Si tú eres el que tuvo que dejar todo atrás y poner su carrera en pausa al venir al extranjero, es normal que te sientas algo celoso. 

Después de todo, hay uno que sí está logrando sus objetivos, tiene una vida social más activa y no está encerrado en casa, como tú. 

En secreto puedes sentir envidia y hasta resentimiento hacia tu pareja porque sientes que tus expectativas se han reducido. 

Y eso, si no lo hablamos, puede generar mucho estrés en la relación. Es importante que hagamos un esfuerzo por comunicarnos de forma honesta y asertiva. 

Muchas parejas llegan a separarse cuando viven en el extranjero, no por la falta de amor entre ellos, sino porque una de las partes siente que sus necesidades no están cubiertas y eso acaba envenenando la relación.


3. “Me siento menos que los demás por no trabajar”.

Tú eres la persona que asumió la responsabilidad de cuidar todo para que tu pareja pudiese dedicarse sin distracciones a su carrera o sus estudios. 

Te encargas de tus hijos (si los tienes) y de tu hogar para que todo marche sobre ruedas. 

Eso te hace sentir exhausta(o), especialmente si tienes niños pequeños y también frustrada(o), porque tus tareas, meramente administrativas y rutinarias, no te dan el input intelectual que necesitas. En suma, no te llena. 

Cuando te preguntan qué haces, te cuesta trabajo y te da hasta pena decir que “solo estás en casa”.

En tu interior piensas que es una pena estudiar tanto y no ejercer. 

Y te duele. Te sientes menos capaz que las personas que sí trabajan fuera de casa. 

Esto afecta tu autoestima y tu seguridad. La situación de dependencia en la que vives te saca de balance. 

Sin embargo, no sabes cómo salir del círculo vicioso, porque en algún momento lo aceptaste como parte del trato.  

No te preocupes, hay formas de hacerlo y puedo ayudarte. Reserva aquí una sesión de Power Coaching donde veremos cómo mejorar tu situación y poner las bases para construir la vida que quieres.

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4. “Me siento culpable por no apreciar la vida privilegiada que tengo”.

Tienes una vida que por fuera luce maravillosa: un hogar donde no falta nada, tienes recursos suficientes para irte de vacaciones, no tienes ninguna preocupación en lo financiero, gozas de perfecta salud y tienes una pareja que te ama y te respeta.  

Ante tu familia y la gente que no sabe por lo que estás pasando, todo parece genial y no tendrías por qué quejarte. 

No quieres parecer malagradecido, así que haces como que todo está bien, mientras que por dentro te sientes insatisfecho y frustrado. 

Mi recomendación: agradece lo que tienes y actúa para conseguir lo que no tienes. No tienes porqué conformarte con una vida que no te llena.


5. “Mi sueño dorado es regresar a mi país”.

Ha pasado ya un tiempo desde que te mudaste y has llegado a la conclusión de que esta vida “privilegiada” no es para ti. 

No te sientes feliz en el extranjero. 

El clima te vuelve loco y el estilo de vida también. 

No has logrado hacer las paces con el idioma y te sientes aislado.

Integrarte te parece un sueño inalcanzable que ya no te motiva en lo más mínimo. 

En silencio, tejes fantasías de regresar a tu país. Volver a trabajar, ver a tu familia seguido, regresar a tu estilo de vida de antes. 

Pero sientes que regresar sería como fracasar. Por eso mejor te callas y sigues languideciendo.


6. “No sé lo que quiero”.

“Ale, ha pasado tanto tiempo que no sé dónde quedé yo en este viaje. Llevo tanto tiempo sin atender a mis necesidades, que ya no sé lo que siento y quiero”.

Esta frase me la dijo una cliente en una sesión y es más común de lo que crees. 

A veces nos cuesta mucho poner nombre a “eso” que nos pasa en el extranjero. No nos sentimos bien, pero creemos que algún día se arreglará por arte de magia. 

Y la espera puede ser larga.

Y complicarse. 

Mucho.


¿Sientes algo de esto ahora mismo?

Si esta es tu situación, quiero que sepas que es muy normal que en algún momento tengas estos pensamientos. 

Nos pasa a muchos, y yo no he sido la excepción. 

Mudarse de país es un proceso muy complejo, donde salen muchos sentimientos a la luz en el camino. 

Lo verdaderamente importante es reconocerlos y aceptarlos, no quedarse callado, sino honrar esto que estás sintiendo y actuar en consecuencia. 

Te recomiendo que hables con alguien de confianza. Si es un profesional, coach, o psicólogo, mucho que mejor para que puedas obtener la ayuda que necesitas para construir un nuevo futuro. 

Me daría mucho gusto poder apoyarte en tu proceso. 

Aquí puedes ver cómo podemos trabajar juntos para ayudarte a revertir la situación y que consigas la claridad que necesitas para conseguir la vida que quieres. 

Te abrazo fuerte,

Ale
 
 

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